¿Sabíais que los gatos tienen hasta cinco días del año dedicados exclusivamente a ellos? Estas maravillosas criaturas, que nos alegran todos los días tanto en Internet como si tenemos la suerte de tener uno en casa (o varios), despiertan nuestra curiosidad ya desde mucho tiempo atrás. No es raro que gracias a ello queramos dedicarles varias fechas.
En Superpet hemos querido hacerles un homenaje en el primer día del año dedicado al gato: el 17 de febrero.
Pero no nos quedaremos aquí, ¡los felinos siempre dan mucho de qué hablar! Te queremos contar todo sobre los gatos en diferentes culturas, algunas curiosidades sobre su origen y quizás algún detalle más místico 🙂 ¿Intrigado? ¡Sigue leyendo!
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Toggle¿Por qué hay cinco días al año dedicados al gato?
Se lo debemos principalmente a Bill Clinton, al Fondo Internacional para el Bienestar Animal, a la científica experta en comportamiento felino Colleen Paige, a la periodista Claudia Angeletti y al pueblo ruso.
En Europa, el Día del Gato es el 17 de febrero, gracias a que la periodista Claudia Angeletti propuso una votación en su revista Tuttogatto para que los lectores escogiesen una fecha para homenajearlos. Los votantes escogieron el 17 de febrero alegando, entre otras cosas, que se corresponde con la etapa de Acuario (signo del zodiaco de espíritu libre), y porque el número 17 estaba asociado a la mala suerte y a las siete vidas que se les asocia a los gatos.
El primer Día Internacional del Gato es el 20 de febrero y se lo debemos a Bill Clinton gracias principalmente a su gato Socks (Calcetines). Era el gato del presidente, el cual ganó tanta popularidad porque se colaba en los actos públicos del mandatario y tenía la libertad de andar libremente por la Casa Blanca. De hecho, en muchas ocasiones aparecía también en la sala presidencial en ruedas de prensa.
Como podéis esperar, tardó poco en ganarse el cariño del público. Tanto es así que incluso los estadounidenses enviaban correos electrónicos exclusivamente a Socks con muestras de cariño.
El 20 de febrero de 2009, sin embargo, fue una fecha fatídica para el presidente Bill Clinton, pues Socks fue diagnosticado de cáncer y murió precisamente en este día. Desde entonces se le conmemora tanto a Socks como a todos los gatos del mundo como homenaje.
La segunda fecha en el calendario dedicada al gato es el 8 de agosto. En esta ocasión fue el Fondo Internacional para el Bienestar Animal quien propuso esta fecha. ¿La razón? Los estudios científicos afirman que en este periodo del año los gatos tienen su punto álgido de reproducción en el hemisferio norte.
Esta organización junto con Colleen Paige, propusieron respectivamente el 8 de agosto y el 29 de octubre como fechas clave para los gatos para concienciar también al mundo de la mala situación de estos felinos.
Recordemos que estos animales son los que nos encontramos con más frecuencia callejeando y en grave estado de desnutrición, de tal manera que gracias al Día del Gato se busca la concienciación ciudadana y fomentar la adopción de estos particulares compañeros.
Por último, en Rusia establecieron el Día del Gato el 1 de marzo, aunque su motivo fue menos supersticioso: Rusia tiene una amplia tradición de adoración a los gatos y da la casualidad de que en marzo los índices de adopción de esta mascota en la población rusa suele aumentar.
Origen y curiosidades de los gatos
Los gatos siempre han despertado la curiosidad del hombre. En muchas culturas, como veremos más adelante, se les veneraba precisamente por su aire místico y en otras se les repudiaba y despreciaba por la misma razón.
Se cree que el origen del gato doméstico se encuentra en África por su conexión de ADN con el gato salvaje africano. Aparte, gracias a los egipcios y a los griegos, los felinos pudieron expandirse ampliamente por Europa y Asia.
Tienen una media de vida de aproximadamente 15 años y una agilidad asombrosa, ¡pueden saltar hasta 3 metros de altura! Eso sí, les encanta dormir, pueden estar hasta 14 horas al día acurrucados en su cama.
Una de las curiosidades más llamativas de los gatos es su ronroneo, y no es para menos. ¿Sabías que ese sonido lo desarrollaron para comunicarse con los humanos? De hecho, una gata no maulla a su camada, salvo quizás algún gemido.
Sin embargo, los humanos sí reaccionamos al ronroneo del gato y esto lo han desarrollado especialmente para nosotros. Pueden imitar hasta el llanto de un bebé con tal de conseguir comida.
Los gatos, además, se asocian mucho a las mujeres y en diferentes culturas se asociaba a la luna, la fertilidad y la feminidad. La explicación realmente es más simple: los gatos perciben mucho mejor los sonidos agudos, de ahí que muestren más afinidad con una voz femenina.
Otra pregunta que se repite con frecuencia suele ser la de por qué los gatos odian el agua. La razón tiene que ver con su pelaje. A estos felinos les encanta estar acicalándose todo el día, ya se ocupan ellos mismos de su higiene (aunque debido a eso salen esas molestas bolas de pelo).
Lo prefieren así, porque cuando se mojan se sienten desprotegidos y regulan muy mal su temperatura. Ocurre parecido con los perros, pero los gatos en este sentido son mucho más extremistas.
Los gatos en diferentes culturas
El halo de misterio que rodea a los gatos llega hasta nuestros días y no son pocas las culturas que han venerado a este animal de forma casi radical.
Uno de los rasgos en común en todas (incluida la versión actual) es que se cree que los gatos tienen una comunicación constante con el mundo de los espíritus y actúan como puente y guardianes entre los dos mundos. Si habéis visto The Mummy (1999), seguro que este aspecto os resulta familiar.
Hagamos un repaso de historia y veamos el papel del gato en diversas culturas:
Los gatos en el antiguo Egipto
Todos sabemos la gran fama que tenían los gatos en la cultura egipcia. Fue la primera civilización en domesticarlos y tal era su devoción que maltratarlos de cualquier forma estaba penado con la muerte.
Los apreciaban tanto porque sus habilidades de caza, eran muy útiles para cazar roedores. Las casas egipcias tenían siempre una estatuilla de un gato en señal de protección y al morir se los momificaba y rendían honores exactamente igual que a los humanos.
En su mitología, las diosas Isis y Bastet adoptaron a este animal en su simbología debido a su asociación con la feminidad y la luna. Además, en el caso de Bastet iba armado con un cuchillo para cortar la cabeza de la serpiente Apofis, el enemigo del Sol.
Los sacerdotes usaban a los gatos para relacionarse con el más allá, porque se creía que eran la reencarnación misma de los dioses en la tierra y así podían realizar su voluntad
Los gatos en China
Esta civilización asociaba al gato tanto para el bien como para el mal. En muchas danzas se buscaba ilustrar la elegancia de sus movimientos.
Por otro lado, también circulaban leyendas promoviendo su malignidad. La razón por la cual la rata está presente en el horóscopo chino en vez del gato es porque la rata lo temía y saboteó al gato para que no pudiese acudir a la llamada del Emperador de Jade.
También hay otra leyenda en la cual el gato y la rata debían pasar un río a lomos de un buey y a mitad de camino la rata tiró al agua al gato.
En cualquier caso, esta enemistad ancestral hizo ganarse a la rata un sitio en el horóscopo chino. Hoy en día es un regalo exclusivo para las mujeres y se cree que espanta a los malos espíritus.
Los gatos en la cultura Nipona
Siguiendo con la rama oriental, en Japón los gatos también estaban asociados con el bienestar del hogar.
De hecho, los japoneses representaban el éxito y la felicidad a través de los maneki-eko, estatuillas de gatos que colocaban a las entradas de los negocios y los hogares para atraer la prosperidad.
Como dato curioso, en el mundo budista no son tan bien apreciados. Al igual que ocurre con las serpientes, las leyendas budistas afirman que ni el gato ni la serpiente se conmovieron con la muerte de Buda y por ello no gozan de gran popularidad en esta religión.
Los gatos en la cultura Hinduista
Aquí se asocia con Sati, diosa de la fertilidad a la que representaban con apariencia felina. Muchas de las lámparas elaboradas allí tenían forma de gato para ahuyentar a los ratones.
La religión hindú promueve el amor hacia todas las criaturas de la tierra y como tal tenían el deber moral de cuidar cualquier animal que estuviera en dificultades, incluidos los gatos.
Felinos en la cultura nórdica
Los nórdicos también tenían una deidad asociada a los gatos: la diosa Freya, cuyo carro estaba tirado por este animal. Era la diosa del amor y la belleza, su luz era la que iluminaba todo su reino y se decía que era capaz de llorar lágrimas de oro.
Grecia y Roma
Acercándonos más a nuestro terreno, los griegos y romanos apreciaban muchísimo a los gatos por su habilidad para cazar roedores (al igual que otros anteriores).
Los griegos de hecho fueron los que empezaron a comerciar con los gatos y fueron los responsables de su expansión por Europa. Aparte, los romanos contaban en su panteón con la diosa Liberta, la cual iba acompañada de un gato como símbolo de su espíritu independiente.
Como dato curioso, pese a que en Roma se llegaron a dictar leyes severas para quienes agrediesen a un gato, Julio César les tenía auténtica fobia.
El punto de inflexión: la Edad Media
Es en este periodo de tiempo cuando la Iglesia y la Santa Inquisición hacen acto de presencia y lo que justifica que, a día de hoy, aún sigamos creyendo que los gatos negros atraen la mala suerte.
La Santa Inquisición, en su afán por promulgar el catolicismo, condenó abiertamente toda aquella práctica pagana que se alejara de la moral cristiana. Esto incluía, muy a nuestro pesar, a la adoración y el respeto por los gatos.
Se decía que estos animales eran oscuros, representantes del infierno y que las brujas los utilizaban para hacer conjuros y maleficios aliadas con el Diablo.
Estos animales comenzaron a ser perseguidos y masacrados hasta el punto de casi extinguirse y fue uno de los grandes motivos de la gran expansión de la peste negra.
No nos hemos librado de este estigma y, si bien a día de hoy los gatos son muy queridos en Internet y en el mundo real, muchas personas siguen creyendo que los gatos negros atraen la mala suerte y no son animales en los que se pueda confiar.
Lo cierto es que estos felinos siempre van a despertar en nosotros fascinación y respeto, esa aura de leyenda les acompañará muchos años más.
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